Antes
de que ningún trabajador se lesione, ya tiene que haber un programa de
prevención específico que tiene que tener todos los principios de la ergonomía con sus etapas:
1.
Educación para la salud.
Donde
se da un conocimiento básico sobre las estructuras músculo esqueléticas y se reconocen cuáles son lesiones que estas pueden producir en la tarea que desempeña
el trabajador.
2.
Formación individualizada.
Se
trata de poner soluciones, aconsejar al trabajador con alguna de estas
técnicas:
Micropausas:
son breves intervalos de pausa para relajar la musculatura que está trabajando.
Las contracciones rápidas de pequeños grupos musculares de la extremidad
superior, solo disponen de décimas de segundo para relajarse entre movimiento y
movimiento. Para ello es necesario aprender a realizar estiramientos de la
musculatura con la finalidad de relajarla y liberar las articulaciones.
Ejercicios
de flexibilidad: después de un realizar un trabajo muscular, las fibras de éstos
necesitan relajarse para poder volver a su actividad, recibir la suficiente oxigenación y expulsar las toxinas almacenadas
en la musculatura, resultado
de la contracción muscular.
Ejercicios
de potenciación: para trabajar los músculos que por su trabajo tienen un exceso
de carga. De esta manera se preparan para la tensión que tendrán que soportar a
lo largo de la jornada.
3.
Reeducación postural
Las
tendencias posturales condicionan la aparición de lesiones, por eso será muy
importante tener conciencia de los desequilibrios a que nuestro cuerpo está
sometido constantemente debido una irregular asimetría.
4.
Ejercicio físico
Se
aconseja realizarlo para equilibrar el sedentarismo en el lugar de trabajo.
5.
Relajación
Se
trata de aprender diferentes técnicas de relajación para descargar la carga psíquica que representa un estado de
tensión constante, lo importante será
que cada persona se tome la prevención de la lesión músculo esquelética como un
reto personal y como una medida para mejorar su calidad de vida
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